miércoles, septiembre 10, 2003

La valoración del ajuar doméstico

Desde not a pretty girl voy a Umberto Eco. Cojo de la librería El Nombre de la Rosa, una lectura que he abandonado un par de veces. Espero que sea ahora, por fin, un buen compañero para mis horas de Metro (a ver cuando terminan de arreglar el coche...).

En las guardas interiores del libro veo escrito a mano el nombre de ella y una fecha, 24 de Febrero de 1986.

Estas coincidencias ¿habrán pasado otras veces sin que yo haya caído en la cuenta?, ¿suceden ahora porque el Destino existe?.

No necesito mirar ningún calendario para saber que esa fecha escrita en el libro corresponde a un Lunes.

El día 22 había sido Sábado. Ese día nos levantamos de la cama y fuimos al Juzgado a casarnos. Ahí estaba la pareja que iban a ser los testigos, la familia mas cercana (les habíamos dicho semanas antes que lo íbamos a hacer, pero sin comunicarles el día; al final, se lo dijimos el día anterior, justo por la tarde) y algunas amigas de ella.

No recuerdo si ese sábado y el domingo posterior hicimos alguna compra. De no ser así, este libro debió ser el primer bien que se incorporó a nuestra Sociedad de Gananciales.

Código Civil, Artículo 1347.

Son bienes gananciales:

(...)
3º. Los adquiridos a título oneroso a costa del caudal común, bien se haga la adquisición para la comunidad, bien para uno solo de los esposos.


salvo...

Código Civil, Artículo 1346.

Son privativos de cada uno de los cónyuges:

(...)
7º. Las ropas y objetos de uso personal que no sean de extraordinario valor.


Será este libro un objeto personal?. De extraordinario valor?. Qué es el valor?, la pasión que pudimos poner al comprarlo?, las ganas de leerlo, de que nos gustara?


Ojeo el libro y hallo una segunda sorpresa. La factura del hotel de los tres días que pasamos a modo de 'viaje de novios' en Santander. Del 28 de Febrero al 3 de Marzo en Isla. El hotel estaba vacío, poca gente viaja en esas fechas; nos dieron una habitación en el tercer piso que daba sobre el Cantábrico. Mis pocas incursiones al mar las había hecho al Mediterráneo donde las mareas apenas se notan y me sorprendí de las fuertes mareas de este otro mar; ella, que volvía a Galicia todos los años se rió (dulcemente) de mi asombro. Hay otros recuerdos de aquel viaje, que esta mañana me han asaltado e impedido abrir el libro en el Metro: las horas que pasamos tumbados en la cama leyendo este y otros libros entre paseo y paseo, el centollo que por fin nos decidimos a pedir después de mirar y remirar la carta para intentar calcular cuanto nos cobrarían, el apuro de tener que ir a buscar un cajero a otro pueblo para pagar la cuenta del hotel el día de irnos porque no aceptaban tarjeta y no llevábamos encima las 20.431.-ptas que nos costó...

El extraordinario valor de este libro...

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hmm. nice post ))

12:03 a. m.  

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