sábado, octubre 04, 2003

Ensayo

Hoy no es el primer día del resto de ni vida. Pero un ensayo, si.

Ella quiere que aunque vivamos en la misma casa llevemos a rajatabla una especie de 'visitas' con los niños. Ya que no hay estrictamente régimen de visitas de fin de semana, vamos a llevar un régimen de 'no estancia de fin de semana'. Asi los chicos están con uno de nosotros a solas cada fin de semana. Ella se fue la semana pasada; este me toca a mi salir de casa.

Al final, los horarios se nos han cruzado un pelin, y llevo por Madrid dando vueltas desde las 5, y no desde la mañana como estaba previsto. Este ciber en el que escribo es la última estación por este sábado; de aqui me iré al hotel. Mañana, ya veremos.

El viaje en el metro ha sido como el de todos los dias: hasta Plaza de Castilla. Pero era un viaje distinto; he sacado el libro, mecanicamente, como cada viaje de las mañanas. Pero no he podido abrirlo. Este viaje en metro era, en realidad, diferente. El resto de los días, viajo hacia algo conocido (aunque no sepa lo que espere en la mesa de la Oficina, no deja de ser siempre lo mismo); hoy era un viaje al futuro que temo, pero era el presente...sin serlo del todo. Un ensayo de futuro.

En esta situación, pena y miedo se repiten. En este presente que es casi futuro se acumulan (en un orden que yo no controlo, ellos no sé) recuerdos, sensaciones, premoniciones, juicios, sentencias, acusaciones, defensas.

Ya no juzgo el presente. El presente es la verdad ("nunca es triste la verdad /// lo que no tiene es remedio", verdad T.?). Al pasado no se le puede tener miedo, sólo puede generar pena o alegría. El futuro, en cambio, tiene el poder de convocar ante nosotros a la pena y al miedo.